Con esta entrada iniciamos la serie de La Fiebre del Oro. Hecho histórico determinante que establecerá los pilares y el porvenir de la California estadounidense.
Sacramento, 24 de enero de 1848
México y EEUU aún estaban en guerra cuando el 24 de enero de 1848 los trabajadores de un molino descubrieron oro a 62 km de Sacramento y rápidamente corrió la voz por todo el mundo: ¡Gold!¡Oro!¡Hay oro en el río Americano! ¡Hay oro en California! Se desencadena así la famosa Fiebre del Oro.
El molino donde trabajaban aquel memorable día.
Marshall Gold Discovery State Historic ParkHoy, domingueros en el American River, exactamente donde se encontró oro.
México pierde la guerra y el 2 de febrero de 1848 se firma la paz con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, viéndose obligado a transferir a EEUU extensos territorios que hoy día pertenecen a los estados de California, Arizona, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma. De un plumazo, México pierde el 55% de su territorio, ahí es nada.
Debido a la gran distancia que la separa de la capital del nuevo país al que pertenece, California se convierte en un territorio sin ley, sin gobierno, en el que la gente actuaba bajo sus propias reglas, donde apenas existía la propiedad privada ni los impuestos y donde el abundante oro pertenecía a quién se tomara la molestia de recogerlo.
La gran migración
La fiebre del oro provocó el movimiento migratorio más masivo en la historia de EEUU. En marzo de 1848 había apenas 157.000 personas en el territorio de California. De estos, 150.000 eran nativos americanos, 6.500 eran españoles-mexicanos (los Californios) y el resto de otras nacionalidades. Tras el descubrimiento del oro, en solo 20 meses la población aumentó en más de 100.000 personas no nativas. Y eso solo fue el principio. Hacia la mitad de la década de 1850 hubo más de 300.000 nuevas entradas.
Los primeros en llegar procedían del Estado de Oregón (el que está justo al norte). Después llegaron de Hawaii, del norte de México, de Perú y de Chile. Para todos ellos hubo oro ese primer año (se hacían descubrimientos prácticamente cada día). Poco después, miles de inmigrantes de todo el mundo (Europa en general, Francia e Inglaterra en particular, China, Australia, América) invadieron la zona llamada Gold Country o la Tierra del Oro. Esa oleada de inmigrantes de 1849 fueron conocidos como los ´49ers, “los del 49”. Hoy día es el nombre del equipo de fútbol americano de San Francisco.
Mientras que muchos llegaron cruzando EEUU a través del camino “California Trail”, otros lo hicieron en barco, con billete sólo de ida. Así que, en pocos meses, el puerto de San Francisco se llenó de barcos que quedaban abandonados porque tanto los pasajeros como la tripulación se dirigían tierra adentro en busca de fortuna. Tanta afluencia dio lugar a un fuerte crecimiento de San Francisco, con lo que la madera, principalmente para hacer casas, empezó a escasear. La gran demanda hizo incrementar los precios, de manera que los barcos fueron desmantelados y vendidos como material de construcción. Cientos de casas, bancos, salones, hoteles, cárceles, etc. fueron construidos con los barcos abandonados. Pero no todos los buques corrieron esa suerte, los barcos fluviales se llenaban de mercancía y pasajeros y circulaban río arriba, hacia las montañas doradas.
Los métodos para extraer el oro
Al principio los mineros cribaban el oro en los ríos, pero más tarde utilizaron otros métodos para explotar la veta madre que resultaban cada vez más destructivos, lo que provocaba estragos en los parajes donde se movían los buscadores. Picar, excavar, dinamitar montañas o llevarse por delante laderas utilizando cañones de agua a presión. Nada paraba a los mineros para buscar el preciado metal. Las reservas de agua se contaminaban con mercurio, arsénico y otros materiales tóxicos necesarios para separar el oro del resto de minerales, y grandes extensiones de bosque de roble y pino fueron arrasadas para la producción de madera para las minas.

Ellas
De los cientos de miles de personas que acudieron en tropel a California para hacer fortuna, pocas eran mujeres. En 1852, el 92% de los buscadores de oro eran hombres, mientras que las mujeres que hicieron el viaje al oeste para ganarse la vida trabajaban en restaurantes, salones y hoteles. Eran pocas pero valientes, teniendo en cuenta la penosa vida que las esperaba y la imposibilidad de hacerse ricas por el oro. Hacia 1860 empezó a crecer el número de mujeres, alcanzando la cifra de 10.000.
Ellos
Los hombres “buscaban diversión” en la prostitución, el juego, la bebida y el opio. El coste de la vida en los campamentos y en los pueblos recién creados se desorbitó. Las habitaciones de los hostales se disparaban, las mercancías y la comida subían a niveles astronómicos. Muchos mineros apenas encontraban oro para cubrir los gastos diarios.
Los otros
Las tensiones anti-imigrantes empezaron a aumentar. El gobierno aplicaba leyes de conveniencia para el hombre “caucásico” (como llaman aquí al hombre de raza blanca). La violencia en contra de los mineros “extranjeros” también creció y peleas, violaciones o asesinatos se convirtieron en el pan de cada día. Sin embargo, el grupo que más sufrió fue el de los nativos americanos californianos cuya población se redujo un tercio debido a las enfermedades, los accidentes relacionados con la minería y los asesinatos.

Al final, miles de buscadores de oro abandonaron, convirtiéndose en granjeros o montando otros negocios para sobrevivir. Muchos se asentaron en San Francisco, donde las infraestructuras eran aún precarias y reinaba la inseguridad. El crimen estaba a la orden del día.

El punto culminante de la producción de oro fue en 1853. Después, cada año, se encontraba menos oro aunque seguía viniendo gente. Se considera que 1858 es la fecha de finalización de la Fiebre de Oro de California, tras haberse extraído unas 450 toneladas de oro (450.000 lingotes).

Para que os hagáis una idea como vivían los mineros os dejo un enlace a la película La Leyenda de la ciudad sin nombre, Lee Marvin cantando Wand’rin’ star:
Me ha gustado mucho. Una muy buena entrada. El enlace soberbio.