El frente californiano en la Segunda Guerra Mundial

1 de septiembre de 1939.  Se inicia la guerra en Europa.

Aunque EEUU se involucra indirectamente desde el inicio de la guerra, oficialmente mantiene una posición de neutralidad…al menos durante dos años y dos meses. El 7 de diciembre de 1941 Japón bombardea Pearl Harbor, Hawaii. El ataque inutiliza ocho barcos de guerra y destruye casi 200 aviones. Estados Unidos inmediatamente declara la guerra a Japón, por lo tanto, también a Alemania e Italia. 

La victoria militar japonesa pasaba por derrotar a Estados Unidos antes que éste lograra reorientar su poderoso complejo industrial hacia la producción de equipo militar. Pero Japón se equivocó. El presidente Franklin D. Roosevelt ordenó que toda la industria de Estados Unidos se pusiera a cubrir las necesidades de la guerra, con lo que pronto produjo enormes cantidades de barcos, aviones y armas diversas.

California pasó a «estado de guerra»  porque temían un ataque similar al de Hawaii, apresurándose a trazar defensas en varios puntos de la costa. Las playas se alambraron, se construyeron baterías antiaéreas, las ciudades costeras dejaron de ser visibles para los enemigos aéreos, se protegieron las casas con sacos de arenas…

Manzanar National Historic Site

Sin embargo, un submarino japonés llegó cerca de Santa Barbara y lanzó algún zambombazo. El ataque, que no causó ninguna baja, provocó una gran desconfianza hacia los americanos de origen japonés, puesto que daban por hecho que estos ayudarían a Japón. Así es que el Presidente Roosevelt ordenó en febrero de 1942 “internar” a todos los americanos japoneses en campos de «internamiento» (bonito eufemismo para no decir campos de concentración). Más de 110.000 personas tuvieron que abandonar sus casas y sus negocios, y fueron obligadas a vivir confinados en barracones, en campos rodeados de alambres de púas y guardas armados. Manzanar fue el primero de 10 campos que quedaron repartidos por la costa del Pacífico.

No hubo un solo americano-japonés que fuera hallado culpable de algún acto de deslealtad durante la guerra.

El gobierno federal contrató a la fotógrafa Dorothea Lange (que tenía el estudio en San Francisco) para que documentara el internamiento de los americanos japoneses con el objetivo de ofrecer la visión del trato humano que estaban recibiendo y tranquilizar al país. Las fotos transmitían, no obstante, la tragedia y la injusticia, la humillación y la crueldad que aguantaban. Los militares, de hecho, le incautaron el trabajo que se le había encargado, el cual no se hizo público hasta el final de la guerra.

Parque histórico nacional de Rosie the Riveter y el Frente interno de la Segunda Guerra Mundial

Durante la guerra, California recibió el 11,9% de los contratos de guerra del gobierno y sus plantas industriales produjeron el 17% de todos las provisiones y suministros de guerra. La industria aeronáutica y los astilleros se desarrollaron rápidamente, surgieron todo tipo de nuevas industrias, fábricas de armamento bélico… los trenes venían cargados de gente para buscar trabajo en California. Los Ángeles se convirtió en mega ciudad (el crecimiento del área metropolitana fue el más grande del país).

Cada ciudadano fue llamado a compartir el esfuerzo de la guerra. Antes del conflicto bélico, la industria existente contrataba principalmente a los hombres blancos. Durante la guerra, empezaron a contratar a mujeres (con la campaña de Rosie The Riveter), a afroamericanos (corriente migratoria desde Texas, Louisiana y Oklahoma…y con ellos vino el blues: Pee Wee Crayton y su Blues After hours) y a mexicanos (la frontera con México fue abierta!). El desempleo desapareció virtualmente.

Parque Nacional Rosie the Riveter en Richmond, California
Parque Nacional Rosie the Riveter en Richmond, California

Una de aquellas nuevas zonas industriales fue Richmond. Una ciudad del área metropolitana de San Francisco, en la bahía. Allí Henry J. Kaiser, un empresario de la construcción (pavimentación y construcción de carreteras y luego también presas) instaló sus astilleros. De la noche a la mañana se dedicó a la construcción naval. Con nuevas técnicas de producción, fabricó barcos en tiempo récord, los tipo Liberty y Victory (buques de carga). Los primeros Liberty, no obstante, salieron defectuosos. Debido al cambio de temperaturas de las aguas, las soldaduras del acero se agrietaban, partiendo los  buques en dos (cosa que hábilmente supo aprovechar Aristoteles Onassis, quien compraría 23 Libertys después de la guerra, y los modificaría para transportar el petróleo que lo haría rico rico…que listo que era ese tío, pero que listo).

Como ya se ha dicho, para asegurar que el país estuviera preparado para la guerra total, se movilizó toda la industria, lo que llevó a que, por ejemplo, se prohibiera la producción de automóviles civiles para producir militares. La planta de ensamblaje que Ford tenía en Richmond llegó a ensamblar hasta 49.000 jeps, 91.000 tanques, camiones semi orugas, carros blindados, y otros vehículos militares destinados al combate.

Entrada Ford Point. Parque Nacional Rosie the Riveter.
Entrada Ford Point

Nave Ford diseñada por Albert Kahn, el primer arquitecto en diseñar el concepto de factorías luminosas por sus grandes ventanales.

General Patton Memorial Museum

Durante el curso de la guerra California se convirtió en el estado con más instalaciones militares. Se localizaban en ciudades y en pequeños pueblos, los desiertos se convirtieron en campos de tiro y de bombas, los puertos se convirtieron en bases navales, los aeropuertos en bases aéreas (el actual aeropuerto de San Francisco se construyó como aeropuerto militar). Gracias a sus características geográficas, las tropas se podían preparar tanto para el combate en desierto como para la ascensión de montañas o técnicas de supervivencia en nieve y frío. En los campos del Desierto de Mojave y Coachella, el General Patton preparó a sus unidades armadas para su incursión en el Norte de África (Museo del General Patton) y estableció en el desierto de California el mayor campo de entrenamiento del ejército para preparar las tropas en la batalla.

Port Chicago National Park Memorial

Sin embargo, la acción bélica que costó más vidas americanas no fue en el campo de batalla, sino en una base militar en un pueblo de la bahía, en Concord. La noche del 17 de julio de 1944, una gran explosión despertó a los habitantes de San Francisco (se registró una onda expansiva de 3.4 en la escala de Richter). Un barco cargado de munición para las tropas del Pacífico explotó en el Arsenal naval Port Chicago -hoy National Park Memorial-, matando 320 hombres instantáneamente y 400 heridos, la mayoría negros. El hecho puso en evidencia las desigualdades y la segregación racial en el ejército, no solo por ese hecho en sí, sino porque después del accidente, se juzgó a 50 afroamericanos que se amotinaron cuando reclamaron medidas de seguridad. Hoy sigue siendo una base militar activa y se puede ver una placa conmemorativa justo en el sitio donde la explosión ocurrió.

Vista de los barcos en Port Chicago, Concord, desde el tren.
Vista de los barcos en Port Chicago, Concord, desde el tren.

San Francisco, Oro en paz y Fierro en guerra

Uno de los rastros más visibles del periodo de guerra es el frente marino de San Francisco, que va desde Fort Mason hasta los pies del Golden Gate Bridge y las playas. Fort Mason, Golden Gate National Park, es hoy un centro de arte y cultura, muy modernillo, donde ponen foodtrucks (no todos los días, sólo los viernes por la noche), situado en un muelle de la Bahía con unas vistas espectaculares a la isla de Alcatraz. En su día fue un destacamento militar y el principal puerto para la campaña del Pacífico. Más de millón y medio de pasajeros y más de 23 millones de toneladas pasaron por aquí, lo que supuso dos terceras partes de todas las tropas enviadas a las operaciones del Pacífico.

Desde luego todo San Francisco era un puerto importante de suministro a las tropas. Fue, además, la ciudad donde se cargó el arma más decisiva de la guerra, la que puso fin a la misma y la que mantiene al país como potencia mundial: la bomba atómica. Los componentes claves de la bomba atómica fueron cargados en el barco USS Indianapolis en julio de 1945, en el puerto de Hunters Point, y fueron trasladados a la isla Tinian donde había una base área americana. Las bombas fueron cargadas en 2 Boeing B-29 Superfortress, el Enola Gay y el Bockscar, que se encargarían de lanzarlas sobre las ciudades de Hiroshima (6 de agosto) y Nagasaki (9 de agosto). Bautizaron cariñosamente a las bombas como Little Boy= chiquillo y Fat Man=hombre gordo.

B-29 en Hill Aerospace Museum, Odgen, Salt Lake City.
B-29 en Hill Aerospace Museum, Odgen, Salt Lake City.

Los alemanes se rindieron el 5 de mayo de 1945. Japón se rendiría tres meses después, el 14 de agosto, lo que supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial.

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