
San Francisco era una aldea de pescadores de quinientos habitantes cuando Samuel Brannan anunció a viva voz que se había encontrado oro en las orillas del South Fork American river en Coloma, en las tierras de Sutter. La noticia corrió como la pólvora y en pocos meses empezaron a llegar barcos cargados de gente con las mismas intenciones de hacerse ricos. Lógicamente, muchos habitantes de San Francisco también se dirigieron a las montañas en busca de fortuna. Sin embargo, otros se quedaron en la ciudad, con lo que esta tuvo que ampliarse, construyéndose calles y casas para acoger a los nuevos vecinos.
Belle Cora
Además, cuando llegaba el invierno o encontraban suficiente oro, los mineros bajaban a la ciudad para gastárselo en los múltiples negocios que se abrieron, con lo que la ciudad no paraba de crecer. Un establecimiento especialmente próspero fue el de Belle y Charles Cora, que montaron por allá en 1852 el Waverly Place, un burdel y casino ubicado en un edificio de madera de tres plantas en el corazón del actual barrio chino.

Sin embargo la prosperidad de ese tipo de negocios no siempre estaba bien vista, especialmente para el matrimonio Richardson, oficial de justicia y esposa, que no tenían reparos en discutir frecuentemente y en público con los Cora. En esos años, en San Francisco, y de hecho en el resto del territorio de nueva titularidad estadounidense, los robos, asesinatos y linchamientos no tenían freno. Así que las discusiones muchas veces acababan como el rosario de la aurora. Por eso, se creaban comités de vigilantes, grupos no oficiales creados para poner orden mientras no hubiera agentes de la ley o fuerzas de policía suficientes para asegurar el buen funcionamiento de la ciudad.
Así pues, la inquina de los Richardson hacia los Cora y viceversa acabó de la siguiente manera: en un encuentro fortuito en la calle y a plena luz del día Charles Cora disparó a Richardson, matándolo instantáneamente. Charles fue arrestado y llevado a prisión hasta la espera del juicio por asesinato del Marshall. Debido a la cantidad de testigos que señalaban a Cora como el ejecutor, se preveía un juicio rápido. Claramente tenía que declararse culpable… pero el jurado no alcanzó tal veredicto, con lo que se puso fecha para un segundo juicio, el cual no se celebró nunca. Por si fuera poco, se asesinó a un periodista por opinar que la falta de veredicto se debía a la corrupción de la ciudad, lo que resultó ser la gota que colmaba el vaso, provocando que las masas encolerizaran.
Como consecuencia, el comité de vigilantes decidió actuar por su cuenta, entrando en la celda donde estaba Charles y el asesino del periodista, para posteriormente llevarlos a lo alto de un edificio de la calle Sacramento y colgarlos del cuello hasta la muerte. Violento final para un personaje que tiene tumba, junto a su esposa Belle, en el mismísimo cementerio de la ¡Misión Dolores!
Sin embargo, no todas las inversiones estaban relacionadas con negocios de mala reputación. Los nuevos millonarios nacidos por la Fiebre del Oro y, en especial, la Fiebre de Washoe, el yacimiento de plata de Comstock Lode en Virgina City, son los verdaderos responsables de gran parte del San Francisco del siglo XIX, de sus grandes mansiones, jardines, atracciones… en fin, del desarrollo de la ciudad. Lamentablemente, el Gran Terremoto de 1906 y el posterior incendio acabó con buena parte de aquello. La esencia aún está ahí, como podéis ver a continuación.
Los Sutrolugares…
Desde luego el Oeste Americano era una tierra de oportunidades que el joven alemán Adolph Sutro supo aprovechar. Llegó a California en 1850 pero se fue a trabajar como ingeniero a las minas de plata de Comstock Lode en Virginia City donde diseñó y construyó un enorme túnel (conocido como el Sutro Tunnel) que drenaba y ventilaba los pozos de las minas inundadas. Gracias a esto se hizo millonario y se fue a San Francisco donde empezó a comprar terrenos a las afuera para urbanizar. Hoy día es fácil adivinar dónde invirtió el que, por otro lado, llegó a ser alcalde de San Francisco durante 1895-97: Mount Sutro, donde está la Sutro Tower (antena de radio y TV); Sutro Heights Park (imprescindible, magníficas vistas al Golden Gate Bridge y al océano Pacífico); Land’s End, donde se encuentran los restos ruinosos de Sutro Bath, una enorme casa de baños públicos e instalaciones para nadar en agua oceánica diseñada por Sutro en 1896 (se quemó en 1966).
La Sutro Tower
Las ruinas de los Baños Sutro frente al Océano Pacífico. Foto by Mr. Ribs
Camino costero de Lands End para acabar en Sutro Bath:
Recorrido de Lands End Precioso Golden Gate Bridge Picnic sanfraciscano Mirando al faro Point Bonita. Trail costero Lands End Ocean Beach. Cliff House a lo lejos.
Cable Car
Una de las señas de identidad de San Francisco son sus tranvías «Cable Car» que suben y bajan las empinadas calles de la ciudad. Pues bien, el famoso sistema basado en el cable que hace posible el desplazamiento de estos coches era el mismo método que se utilizaba en las minas de plata de Comstock en los aparatos de elevación y jaulas utilizadas para extraer el mineral y transportar a los mineros. Su inventor, el inglés de nacimiento Andrew Smith Hallidie, también fue un triunfador sin tocar oro.
Cable Car Powell
¡Allí está Alcatraz!Cara a cara.
Pirámide Transamerica al fondo.Mueso Cable Car La visita al museo es gratuita.
The Hearst Building
Los Hearst han dado mucha historia a California. La dinastía empieza con George Hearst, que se hace riquísimo siendo minero. Aunque empezó su carrera en el Gold County de California, su primera fortuna la hizo con la Ophir Mill en Virgina City (Nevada). Posteriormente siguió haciéndose rico, entre otras cosa comprando otras minas, como vemos en la tercera temporada de Deadwood. Su único hijo, William Randolph Hearst no siguió los pasos mineros de su padre, sino que quiso dirigir el periódico que había comprado su padre y se convirtió en el mayor magnate de prensa y medios de comunicación de EEUU, vida que inspiraría a Orson Welles para su película Ciudadano Kane.
Edificio de 12 plantas construido sobre las ruinas del anterior, destruido por el terremoto.
Hearst imprimió aqui el periódico San Francisco Examiner hasta 1960. La puerta principal con 20 medallones de bronce.
Nob Hill: la antigua milla de oro.
Nob Hill fue el hogar de los magnates relacionados con las minas. Todos los nuevos ricos y sus familias acababan viviendo en este barrio de la ciudad, por sus vistas y por su posicionamiento.
Por ejemplo, los «Big 4» (Leland Stanford y compañía, socios del Central Pacific Railroad) eran vecinos que vivían en grandes mansiones.
Podemos hacernos una ligera idea del barrio gracias a las dos estructuras que aguantaron el terremoto: Flood Mansion (construcción de ladrillo rojo en la calle California St) y el Hotel Fairmont (Mason Street). Sobre las ruinas de las mansiones de Mark Hopkins, Huntington y Stanford se construyeron hoteles (Mark Hopkins Hotel, Huntington Hotel, Stanford Court Hotel y donde estaba la casa de Charles Crocker se construyó la Grace Cathedral.
Hotel InterContinental Mark Hopkins
Vista desde lo alto de Nob Hill, en California St.
Flood Mansion. En la actualidad es el club privado The Pacific-Union Club de hombres prominentes (esposas para acompañar a los esposos).
El terremoto de 1906
El 18 de abril de 1906 a las 5:12 de la mañana un gran temblor despierta a los 400.000 ciudadanos de San Francisco. Un terremoto de más o menos 8,2 en la escala Richter sacude el área de la bahía (supuso la ruptura de la falla de San Andrés en más de 270 millas con el epicentro en algún punto del mar cercano a SF) destruyendo más de 28.000 edificios en la ciudad (24.000 edificios de madera y el resto de ladrillo). Mueren más de 3.000 personas. Aunque lo más devastador fue el incendio posterior que duró varios días arrasando una cuarta parte de la ciudad. Muy pocos edificios quedaron en pie (un 20%). En consecuencia, el crecimiento demográfico se moverá desde San Francisco a Los Ángeles y la reconstrucción de la ciudad llevó casi una década, diseñándose en forma de cuadricula, que es como hoy en día se mantiene.
Desde California St./Montgomery St.
Chesnut St.
Vista con niebla. Foto by Mr Ribs
Buen relato de esta preciosa ciudad !
Magníficas fotos!
Pingback: San Francisco – Calafiana