Paisajes áridos e inhóspitos, clima caluroso, vegetación extraña, oasis con palmeras, conos volcánicos, piscinas, millonarios jubilados… de todo esto te puedes encontrar en los desiertos del sur de California. Este es el viaje:
Palm Springs
Los contratos que firmaban los actores y actrices de Hollywood en los 50s y 60s incluían una cláusula que les obligaba a no alejarse a más de 100 millas de Los Ángeles por si se requería su presencia en el rodaje. Palm Springs estaba a esa distancia, así que esta ciudad oasis, enclavada en el fondo de un valle entre dos picos de más de 3000 metros pero en un entorno desértico, se convirtió en un lugar de esparcimiento y segunda residencia para las estrellas más icónicas de la época: Frank Sinatra, Sammy Davis Jr., Dean Martin, Liz Taylor, Cary Grant, Kirk Douglas, Elvis Presley… Aún conserva ese aire sesentero que, por otro lado, tiene tanto encanto, ese ambientillo que puede verse en “Mad Men”. Es imposible pasear por sus calles sin tararear I´ve got you, under my skin!

Hoy día, algunos actores como por ejemplo Leonardo DiCaprio siguen disfrutando de esas casas modernistas de un solo nivel, con espacios abiertos y ventanales gigantes orientados hacia la piscina, que constituye parte esencial de la vivienda. Incluso Obama, nada más dejar la presidencia, se pasó por allí para jugar en uno de sus muchos campos de golf. Dicho todo esto, con una playa cerca se estaría mejor.
Joshua Tree National Park
Bono y el resto del grupo U2 aún no habían encontrado lo que estaban buscando cuando hace 30 años sacaron el disco Joshua Tree y fotografiaron el árbol solitario en algún lugar entre el desierto de Mojave y Death Valley. Estos extraños árboles, sin embargo, se pueden ver en gran cantidad en Joshua Tree National Park, otro parque nacional precioso, especialmente en los meses de floración. Minúsculas flores silvestres saludando la primavera, ruiseñores cantando vigorosamente a primera hora de la mañana, formaciones rocosas redondeadas por la erosión…
Vale la pena dormir en tienda de campaña en el parque porque te permite disfrutar del despertar de la fauna que vive en el parque: una pareja de liebres comiendo hierba mientras estamos desayunando nuestros bollitos con Nutella, un lagarto que, para cortejar a su pareja, cambia el de color su barriga de negro a azul intenso (Marvel se debió inspirar para el personaje de Mística de X-Men), una enroscada serpiente de cascabel que se mueve en eses hasta un matorral…y sobre todo, el canto de multitud de pájaros.
Valle de Coachella
Es también en primavera cuando el valle de Coachella acoge en la gran planicie de un Club, entre campos de golf y chalets de lujo, a las celebrities de Los Ángeles que asisten, junto a miles de amantes de la música, al famoso festival. Modelos, actores y actrices se dejan ver con vestiditos, pantaloncitos, sombreritos, maxigafas redondas del nuevo estilo Bohochic (es decir bohemio pero carísimo) solo aptos para pijos con mucho dinero. Este año la entrada para un fin de semana costaba entre 400 dólares y 900 dólares. Esos días el alojamiento está también por las nubes: más de 100$ en un camping o, si se prefiere hotel, mínimo 400 $ por noche, hasta los 7500$ que se pagan por las “Safari Tent” de lujo.
Aprovechando que estábamos en el valle para comprar unas salchichas y pollo para la barbacoa de la cena (bajo las estrellas, que maravilla) en Joshua Tree NP. Hicimos un intento para acercarnos a la entrada del festival pero resultó imposible debido al gran volumen de coches y controles, diseñados seguramente para que los paletos no molesten.
Mojave National Preserve
Kilómetros y kilómetros de soledad pero plagado de conos volcánicos, coladas de lava, planicies blancas de antiguos mares, montañas de granito y dunas “cantarinas”, que producen un sonido parecido al canto de las ballenas cuando la arena se desliza por las pendientes: boooooboooooooo….inquietante. En el centro del desierto se sitúa el centro de visitantes, en Kelso, un antiguo pueblo que cobró mucha importancia debido a la gran empresa ferroviaria Union Pacific y a las minas que suministraron el hierro con el que Henry J. Kaiser fabricó cientos de buques en Richmond, durante la Segunda Guerra Mundial. Pero eso es otra historia.

Death Valley
El regreso lo hacemos atravesando el inquietante Valle de la Muerte, quizás el único sitio donde el silencio queda atrapado en los cañones, como Mosaic Canyon.
Ruta 395
La espectacular carretera 395 nos conduce de vuelta a Sacramento, a través de un valle franqueado por montañas que alcanzan 4000 metros, entre ellas el monte Whitney, de 4421 m.

El valle, en otro momento fértil y famoso por los manzanos, ahora parece semidesértico. El río que daba vida a la región y a los nativos que lo habitaban fue canalizado por medio del Acueducto de Los Ángeles, lo que mató la fertilidad de la región y provocó la guerra del agua. Lo que si parecen que dejaron fue un susurrante viento constante que enfría en invierno y levanta el polvo en verano. Hoy día, las danzas tribales de los Paiutas, que viven en la reserva Big Pine desde 1912, ya no son para pedir lluvia, sino para defender el valle. Muchos de estos «indios» fueron extras en las cientos de películas del Oeste que se rodaron en Lone Pine.

Aunque quizás el episodio más oscuro del valle lo constituye el campo de concentración donde los japoneses americanos fueron encarcelados durante la segunda guerra mundial. Campo que, no por casualidad, se llamó Manzanar.
Paradas obligatorias en la ruta 395:


Precioso!! Disfrutarlo porque os queda poco.