La temporada de lluvias en Sacramento se inicia entre octubre y noviembre y se prolonga hasta marzo. Este año no solo se está cumpliendo sino que además enero y lo que llevamos de febrero están siendo muy lluviosos, por encima de la media. Pese a ello, las restricciones derivadas de la sequía que afectó California durante más de 5 años van a continuar.

Nuestra sensación es que no ha parado de llover desde hace semanas; lluvia intensa, viento y nieve en Sierra Nevada. Ha habido cortes de suministro eléctrico, los campos de árboles frutales del condado inundados y avisos constantes de las crecidas de los ríos.
Sacramento se encuentra en la confluencia del Río Sacramento y del American River. El primero es el más largo del estado y nace en el Monte Shasta, volcán de más de 4000 metros de altura situado al norte de California. El segundo, el American River, brota de dos fuentes en las montañas de Sierra de Nevada. Una vez se encuentran en Sacramento, el río avanza por el Valle Central y desemboca en el océano Pacífico, en un delta interior que se extiende hasta la bahía de San Francisco. Como curiosidad, el río es navegable (así que los puentes que lo cruzan son todos levadizos) lo que permitió varios años atrás, que ciudades de interior tuvieran astilleros y dispusieran de verdaderos puertos donde anclaban grandes barcos.


El caso es que Sacramento, por su situación, ha sufrido a lo largo de su historia inundaciones devastadoras. Así que ya en 1862 decidieron elevar con toneladas de tierra el nivel de las calles de lo que hoy es el “casco viejo”, Old Sacramento. Pero la ciudad no quedó a salvo hasta que no se construyó el sistema de control de riadas, que consiste en una extensa red de diques, canales, presas (como la de Folsom) y plantas de bombeo para proteger las urbanizaciones y los campos agrícolas. De hecho habíamos observado que en la ciudad hay compuertas, canales y balsas por donde no circulaba el agua y no sabíamos el motivo. Ahora, llenas de agua, se entiende.
¿Y qué pasa en la presa de Oroville?
El embalse se encuentra a 110 km al norte de Sacramento. Finalizada en 1968, se construyó la presa de hormigón más alta de EEUU, 235 metros. La estructura se completa con dos aliviaderos: uno que evacua el agua a través de un gran canal y otro, que es una pared más baja que la presa en sí, por la que rebosa el agua cuando el embalse está ya muy a tope. Este último es el de emergencia y nunca, desde su construcción, se había utilizado. Pues bien, hace 12 años, grupos activistas locales advirtieron a los responsables que el segundo aliviadero debería reforzarse porque se asienta sobre una ladera de tierra y podría venirse abajo por la inestabilidad que provocaría el terreno inundado.
Ajá…eso es exactamente lo que ha pasado. Unos días atrás, apareció un boquete en el canal de hormigón del aliviadero principal que no ha hecho más que crecer. Para su chequeo, los técnicos cerraron las compuertas durante un par de días, y durante este tiempo, en plena temporada de lluvias y deshielo, el embalse se acabó de llenar. Tanto como para empezar a rebosar por la pared del aliviadero auxiliar, y las tierras fueron ladera abajo. Por el riesgo que había de que el muro cediera, evacuaron a casi 200.000 personas. No cedió y el nivel del embalse bajó.

Estos tres últimos días, una multitud de operarios, técnicos y soldados del ejército están “reforzando” la pared mientras que el principal aliviadero funciona a pleno rendimiento para vaciar la mayor cantidad de agua antes que las lluvias previstas e inminentes aparezcan de nuevo.
¿Qué pasaría si la estructura colapsara?
Podría pasar algo parecido a lo que pasó en 1928 en la presa de St. Francis a 64 km de Los Ángeles. Bueno, esto es más bestia:
El 12 de marzo apareció una fisura en la pared por donde pasaba el agua y los trabajadores avisaron a los responsables. El ingeniero jefe William Mulholland y su asistente fueron a comprobar la gravedad del asunto, concluyendo después de la inspección que no había problema. Horas más tarde, la presa se sacudió, se derrumbó y se esfumó, liberando el agua del embalse, formando un torrente inicial de 38 metros de alto, a una velocidad de 29 km/h y alcanzando una amplitud de casi 3 km arrasando las pequeñas ciudades agrícolas por donde pasaba y matando a casi 600 personas antes de llegar al Océano Pacífico, a 86 km.

La presa fue diseñada por la Oficina de Obras de Agua y Suministro de Los Ángeles. William Mulholland era el ingeniero jefe y el gerente general. Un norirlandés de origen humilde, que a base de trabajo y ambición, logró distinguirse en la historia del desarrollo del agua y la construcción de obras hidráulicas.
Adquirió conocimientos de ingeniería de forma autodidacta y aplicados en la construcción de dos presas y en el acueducto Los Ángeles-Valle Owens, Sierra Nevada. Esta última obra tampoco quedó exenta de polémica. Las desviaciones de agua provocó la sequía en las tierras de los granjeros e impactos ambientales sobre lagos naturales como Mono Lake que se encuentra a más de 500 km de LA (ver foto de inicio del blog), iniciándose la Guerra del Agua: granjeros vs Mulholland y compañía. Aún así, si no hubiera ocurrido el desastroso final de la presa St. Francis, la figura de Mulholland hubiese sido admirada en este país. Así que, finalmente, sólo le dedicaron la calle Mulholland Drive en Hollywood. También sirvió de inspiración para la creación del personaje de Hollis Mulwray, en la película Chinatown, de Roman Polanski. Mulwray era el ingeniero de la compañía de agua de la ciudad de Los Ángeles que se negaba a olvidar el misterioso colapso de algo llamado la presa Vanderlip.

La reparación de la presa de Oroville
Tras dos años de obras el proyecto de la reparación del aliviadero de la presa de Oroville han finalizado. Se considera la obra de reconstrucción más grande y rápida del Estado de California.
Muy interesante. En esas tierras todo es a lo grande.