Santiago, la capital del país, es una ciudad enorme. Si vienes de la Patagonia, acostumbrado a los pueblecitos, no te esperas semejante ciudad. El trayecto que une el aeropuerto con el apartamento donde nos alojamos te sirve para darte cuenta del tamaño. Solo son 20 minutos, pero lo hacemos por autopista, sin tráfico debido a que es domingo por la noche, y pese a todo son 20 minutos a través de barrios obreros residenciales parecidos a los que conocemos en España. Ya fuera de la autovía, entre los altos edificios, bulle la ciudad, el tráfico, la gente.
Lo que más nos atrajo de la ciudad es la huella de su pasado reciente, el golpe de estado y la dictadura de Pinochet. Quizás se debe a lo bien que han sabido explicar esta etapa a sus conciudadanos. Un poco de historia a través de algunas localizaciones:
Palacio de la Moneda, sede del presidente de la República chilena.
Se puede decir que todo empezó aquí. Aunque las cosas no pasaron de un día para otro. Salvador Allende era el presidente del país, votado democráticamente en el 70, pero gobernando entre grandes tensiones sociales debido a la crisis económica y, lo más bochornoso, las acciones del gobierno estadounidense de Richard Nixon dirigidas a desestabilizar el gobierno chileno. El 11 de septiembre de 1973 el ejército se rebeló y llevó a cabo un golpe militar encabezado por el general Pinochet. Salvador Allende se dirigió al Palacio de la Moneda para tomar el control de la situación pero la cosa era muy seria. Allende no se rindió hasta que al final, sin salida, retransmitió por radio el que sería su último discurso. Los tanques dispararon contra la Moneda. Salieron sus hijas del Palacio. Bombardearon el edificio. Más tarde, optó por suicidarse antes que rendirse. Quizás.
Los militares ganaron. A partir de entonces Pinochet se convierte en un dictador de mano dura, aplicando desde el primer día una fuerte represión contra los chilenos, represión que duró 17 años y que se saldó con miles de detenidos y de muertos.
Londres 38
Durante los años de dictadura se cometieron constantes violaciones contra los derechos humanos, en forma de prisión de la oposición, tortura, ejecuciones y desapariciones.
Londres 38 es un edificio situado en esa calle y ese número que fue el centro de operaciones de la Dirección de Inteligencia Nacional (la policía secreta de la dictadura militar) durante la dictadura, desde donde se concibió, planificó y llevó a cabo la política de detención, tortura, exterminio y desaparición de los opositores políticos a la dictadura. Fue el primero de varios recintos que se ubicaron por la Región Metropolitana.
No pudimos visitarlo porque al ser Viernes Santo estaba cerrado.
Cementerio General de Santiago
Salvador Allende fue enterrado en el cementerio de Viña del Mar y con la llegada de la democracia -el 11 de marzo 1990 tras la elección de un nuevo presidente- fue trasladado al Cementerio General de Santiago, donde están enterrados casi todos los presidentes de la República.

El cementerio tiene una zona, el Patio 29, parcela que utilizó la dictadura militar para sepultar clandestinamente los cuerpos e identidades de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos.

Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos
Museo que explica este periodo histórico de Chile, desde el golpe de estado hasta el plebiscito de 1988, en el que resultó ganador el «No» a Pinochet, hasta las torturas del DINA (la Gestapo de Chile, vamos).

En Chile, una vez recuperada la democracia, se constituyó la Comisión de Verdad y Reconciliación, en 1990, y luego la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, con el propósito de investigar las denuncias sobre víctimas de desaparición y de ejecución. De estas comisiones emanaron informes, propuestas para el gobierno y medidas de reparación a víctimas y familiares. Nos llevan 30 años de ventaja, vamos.

Plaza de Armas, Mercados y otros barrios
